viernes, 3 de febrero de 2012

CUENTO CLASE 1.

...Y el abuelo se convirtió en gato...
- ¡Oh no! ¡Otra vez ha pasado!- Dijo mi abuela.
-¡Corred, quitar las sardinas de la mesa o sino el abuelo se las comerá todas!
Todos nos pusimos a retirar las sardinas de encima de la mesa y a esconderlas por los armarios, detrás de las puertas, debajo de la alfombra... para que mi abuelo, gato en ocasiones, no se las comiera todas y nos dejara sin comida. Mientras todos nos movíamos deprisa y como locos, mi abuelo, encima de su silla, se relamía su hocico mientras nos observaba a todos con esos ojos grandes y muy brillantes.
Mi abuela, que era una bruja piruja, pero...buena buenísima, se fue corriendo a la cocina a hacer la pócima que sólo ella y yo sabíamos, para así hacer volver a mi abuelo de carne y hueso. Mezcló cola de dragón, unas patitas de lagarto, pelos de caballo, y una pizca de agua de peces...y... ¡Tachán!
- ¡Por fín la poción!- dije yo, mirándola asombrado.
Bañamos una sardina en esa pócima, que no olía muy bien, y... ¡Pum! ¡Mi abuelo volvió!. 
Y por fín pudimos comer tranquilos y... ¡Hubo sardinas para todos!

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